“La banca del futuro” y “La historia del huevo en la harina” – Dos historias relacionadas.
Sucedió en la década de 1930 en los Estados Unidos, cuando la empresa de alimentos General Mills lanzó una nueva marca de harina de trigo llamada “Gold Medal Flour”.
A pesar de que la harina tenía una alta calidad, no se vendía tan bien como se esperaba. Los expertos de marketing de la compañía intentaron varias estrategias publicitarias, pero nada parecía funcionar.
Finalmente, la compañía decidió contratar a un psicólogo de renombre llamado Ernest Dichter para que ayudara a resolver el problema. Después de hacer una investigación exhaustiva, Dichter descubrió que las amas de casa sentían que la harina era demasiado fácil de usar y no requería suficiente esfuerzo para hacer un buen pan.
“La banca del futuro con IA”
Una reciente publicación dice algo como: “En el futuro, apenas te despiertas, ya te han solicitado un auto, para dentro de 1.5 horas, te informan del clima mientras desayunas, durante el trayecto, te informa tu asistente virtual que hizo unos ajustes a tus inversiones, en el trabajo te recuerda que cumple años tu papá y reserva en su restaurante favorito” (lo he cambiado un poco, un saludo enorme a quién lo escribió)
Las historias comparten la misma lección:
En la primera historia: Dichter sugirió agregar un ingrediente adicional a la receta de la harina: un huevo.
Al agregar un huevo a la mezcla, las amas de casa sentirían que estaban haciendo más que simplemente agregar agua a la harina, lo que aumentaría su sensación de logro y satisfacción.
En la historia de la banca del futuro, puede pasar algo similar, siempre hay un “motivo humano” detrás de todo, dejarnos “hacer” es vital.